En cuanto te despiertas sabes que algo no está bien: ves borroso, un ojo te arde y lo sientes más húmedo de lo habitual, humedad que en breve te das cuenta de que amerita llamarse supuración. Llevas tus dedos hacia el problema y notas que la hinchazón es considerable. «Quizá debería acercarme a un espejo», te dices y a ello procedes. Una vez frente a la superficie reflectante lo que allí ves no es agradable (abstenerse de seguir leyendo los impresionables): Un pez globo, asustado por supuesto, campa a sus anchas en el lado derecho de tu cara. Y lo que alguna vez se llamó «lo blanco del ojo» ahora debería llamarse «lo rojo del ojo». Mientras subes la cuesta que separa tu casa de la óptica donde ayer compraste por primera vez lentillas descartables, de las que se usan durante un día y se tiran, te ves en condiciones harto nítidas sacándotelas antes de irte a dormir. Cuando llegas a la óptica la dependienta que se ocupó de hacerte las pruebas para saber si podías o no podías usar lentillas (supuestamente tú podías) te dice que la máquina que sirve para mirarte bien el ojo justo hoy no funciona. Acto seguido, procede a mirar tu pez globo asustado con una linterna. Concluye que sin la máquina que no le funciona ella no sabe qué tienes. «Ve al médico», agrega la muy simpática. La otra dependienta que trabaja en la óptica te asegura que lo que te ocurre no es culpa de las lentillas. «Un gato o algo así te habrá dado alergia», dice con firmeza. «Toda la vida tuve gato, jamás tuve alergia y claramente son las lentillas porque oh casualitè me las pongo ayer por primera vez en mi vida y hoy amanezco así», tienes ganas de gritarle. Por suerte no lo haces. Mientras bajas la cuesta que separa la óptica de tu casa dudas y dudas un poco más, ya no te ves con tanta nitidez sacándote las dos lentillas como cuando subías la cuesta. Al llegar a tu piso decides hacerte ver el pez globo. Escribes en Google: cita sanitaria Madrid online. El primer link que aparece es el que te lleva a pedir hora con tu médica. No se encontraron citas libres en los siete días siguientes, te dicen unas letras rojas como tu ojo. «A menos que quiera transitar el camino de la tuertez no me conviene esperar una semana», reflexionas. El hospital que te corresponde si te quieres atender de urgencia es el Gregorio Marañón. Los problemas son dos (tres si cuentas que un vertebrado acuático con miedo habita en tu cara): 1- El Gregorio Marañón queda demasiado lejos de tu casa. 2- La única vez que fuiste tardaron seis horas en atenderte. «Quizá pueda evitarme el perder el día en el hospital», te dices, «es importante que sepa si la tengo metida o no» (¡la lentilla!, ¡mal pensados!). Media ciega como estás te dispones a buscar en la basura. Y cuando esto dices es media ciega literal porque no ves del ojo maltrecho, te arde, te lagrimea y estás tan desesperada del dolor que si tuvieras su número llamarías a Uma Thurman para que te lo arranque con sus propios dedos como a Elle Driver en Kill Bill. En un mundo ideal abrirías el cubo de la basura y allí estarían las dos lentillas, arriba de todo, mostrando sus brillos. Lástima que tú siempre estás a años luz de los mundos ideales porque quien vive contigo se levantó antes y desayunó. Así que cuando abres el cubo de basura te encuentras con un montón de cáscaras de naranjas, gran cantidad de yerba mate húmeda, un trozo de banana, un poco de yogurt de soja sobre todo lo anterior, y un completo repertorio de porquerías de todas las edades, porque tienes tan buena suerte que hace tres días que no tiras la basura. La frasesita esa que dice que encontrar una aguja en un pajar es lo más difícil que te puede pasar es porque no sabe lo que es encontrar dos lentillas en tu basura (o una en caso de que la otra esté en tu ojo-pez a punto de la putrefacción). Sacas la bolsa del cubo, la colocas en el suelo de la cocina, a tu lado pones un balde y empiezas a meter ahí dentro cáscaras ya revisadas, yerba, banana, yogur y demás. Pasados unos minutos te sucede algo bastante habitual en situaciones de estrés: te desdoblas. Entonces es cuando te ves desde afuera: estás en cuatro patas, con la cabeza metida dentro de una bolsa maloliente, pasando basura a un balde, en busca de algo pequeñito y transparente. ¿Cómo se te ocurrió semejante idea? Entre que es casi invisible lo que buscas y que no estás acostumbrada a estar tuerta es imposible que la tarea resulte exitosa. Puede que como las fiestas están a la vuelta de la esquina los Reyes Magos anden cerca, supones que a ellos les debes que, entre la yerba, de repente veas algo que brilla. Ni festejas emborrachándote ni gritas eufórica de felicidad en el balcón consiguiendo con ello molestar a todo el vecindario. Es una lentilla lo que encuentras. Aquí es de vital importancia el reparar en la letra cursiva de la oración anterior. Revuelves, desparramas la yerba, otra vez pasas tus manos por todas las cáscaras de naranja... Bref (como dirían los franceses, que no es plan que estés aquí detallando tus hurgamientos entre porquerías varias durante media hora más): ni con los Reyes Magos ayudándote encuentras la segunda lentilla. El dolor te tiene mucho más malhumorada de lo que te gustaría a estas alturas, y las dudas se han convertido en una gran verdad: tienes la lentilla dentro. Son dos las soluciones que se te ocurren: 1- Tomar tres metros para llegar al Gregorio Marañón y esperar unas cuantas horas hasta que te atiendan y te la saquen. 2- Llamar a Uma para que se ocupe de tu ojo y nada de esperas, en un santiamén problema solucionado, después de todo una tuerta puede ser muy sexy, ¿no?
Con eso de que la tenés metida y estás en cuatro patas, te preferiría tuerta y sexy, pero andá al Marañon ese y dejate de joder, mujer.
ResponderEliminarLa salud ante todo.
Saludos.
(Qué bueno que regresaras.)
Jajaja, asunto solucionado, los ojos son sagrados.
EliminarUn beso
¡Cuanto tiempoooooo! Y encima te encuentro con la lentilla en el ojo, corre a que te la saquen y cuentanos. Un abrazo
ResponderEliminarSí, espero poder dedicarle un poco más de tiempo a este blog que tan abandonado tengo...
EliminarUn beso grande Ester
Ay...!!! Las lentillas son armas de destrucción. Yo lo intenté una vez... y fue un verdadero desastre.
ResponderEliminarEspero que todo se solucione. Me encanta verte de vuelta, siempre consigues darle a los desastres un toque cómico que a todos nos vendría bien tener.
Un beso y espero que ya estés bien.
¡¡¡Gracias Tatuada!!!, que por lo menos las desgracias sirvan para hacer reír, ¿no?
Eliminar"La Navidad forma parte de esa niñez que conservamos en nuestro corazón, y que renovamos cada año aunque sea en secreto” Katy
ResponderEliminarFelices fiestas junto a los tuyos. Un cálido abrazo navideño
Gracias Katy, lo mismo para ti.
EliminarUn beso grande
De nuevo se confirma la ley de Murphy, no falla. Me encanta el humor que despliegas ante un momento apabullante, con todas las hadas en contra, y la ineficiencia por doquier...
ResponderEliminarespero Eva que hayas decidido ir al hospital a pesar de todo, con los ojos no se bromea.
Me alegra mucho verte de nuevo tan chisposa, escritora y espero con la vista de lince
Un abrazo grande
Claro que no se bromea, con los ojos por lo menos, jajaja.
EliminarGracias Chusa, otro abrazo para ti.
Yo dejé de usarlas hace tiempo.
ResponderEliminarMe alegra tu vuelta y espero que todo se solucione.
FELIZ NAVIDAD!!
Un beso.
Y lo bien que hiciste. Yo creo que vuelvo a las gafas, vamos, estoy casi segura.
EliminarBeso Amalia, y feliz navidad.
Mucho tiempo desaparecida, para recuperar nos deleitas con esta entrada llena de letras con un poco de humor, pero seguro que fue una situación poco agradable a consecuencia de esas lentillas desechables.
ResponderEliminarSi finalmente fuiste al Marañón seguro que tienes relato para una entrada aun mas amplia.
Un abrazo. .
Esperaba ansiosamente una entrada tuya, pero no que tuvieras que pasar por estas peripecias.
ResponderEliminarMe gusta tu sentido del humor malhumorado, para describir todas estas situaciones.
Ellen Driver se ve muy sexy, efectivamente. Pensé que ese iba a ser el tema.
Espero que tus próximas peripecias sea afortunadas.
Las lentillas, esos misterios de la naturaleza de los materiales. Cada vez más ligeros, más invisibles, y más elásticos, Y nuestras manos cada vez más patosas, y el espejo cada vez más borroso...y que los Reyes Magos no nos traen veinte años menos, sino un calendario nuevo cada vez.
ResponderEliminarAsí es difícil hacerse mayor, perder vistas y hasta creer en los Reyes Magos...Jolines. Un abrazo y feliz Navidad.
Yo nunca he usado con lo cual no te puedo decir nada al respecto, pero creo que un tipo va bien a una persona y no a la otra, podrías consultar en otro óptico a ver que dice.
ResponderEliminarCuando va mal las cosas corrientes nos ponemos un poco mas deprimidas, animo y un abrazo.
Que cosas, mi hermana usa lentes de contacto y para en la noche la veo que sufre con los ojos rojos y creo que hasta los siente secos, mucha lata
ResponderEliminarSaludos!
Se te echaba de menos, pero no te esperaba de vuelta con un pez globo por ojo!! Ay, pobre. Cuéntanos al menos qué pasó y si ya te encuentras mejor...
ResponderEliminarun beso enorme!!
Me dejas angustiado sin saber si te la sacaron o todavía la tienes metida... :(
ResponderEliminarBesos y salud
¡¡Bienvenida Eva!!
ResponderEliminarSupongo que estás mejor ahora si pudiste escribir todo esto tan gracioso.
Felices fiestas
A mi es que eso de meterse algo que es plástico (refinado, pero plástico) en un ojo me da unos escalofríos...
ResponderEliminarCuídate, ahora que regresas, te queremos enterita
Besos
Hace unos años, en un alarde de coquetería impropio en mí, también me dio por usarlas. No eran desechables. Una noche que debía llevar copas me las dejé puestas (no tuve que buscar en la basura para comprobarlo). Cuando me desperté a la mañana siguiente parecía como si me hubieran echado tierra a los ojos. Las tiré muy lejos y sigo con mis gafas tan ricamente. Y de feo, prácticamente igual.
ResponderEliminarSe te echaba en falta, Eva.
Besos.
¿Al final te la tuvieron que sacar? Qué cosas te pasan... Se te echaba mucho de menos pero esperaba tener mejores noticias tuyas después de tanto tiempo. Jajajajaja. Espero que tu pez globo, digo, tu ojo, vaya mejor. Un besote, guapa!!!!
ResponderEliminarMenuda odisea, Eva! hasta a mí me dolía el ojo O_O
ResponderEliminarYa te veía como Marty Feldman en el papel de Igor en El Jovencito Frankenstein :-D
Un beso y feliz Navidad!! :)
Yo llevo fatal eso de usar gafas por la presbicia pero al lado de la odisea del relato, lo prefiero.
ResponderEliminarSaludos desde Tenerife y felices fiestas.
Besos de polvorón... de gofio,claro.
No sabés cuánto me alegra volver a leerte!!!! Un relato como siempre con tu sello imprescindible! besos enormes!
ResponderEliminarBuenísimo, increíble.
ResponderEliminarEs apra estarse horas leyéndote sin dejar de sonreír. Un lujo.
Muchos besos, montones
Un lujo la sanidad madrileña que también he tenido el 'gusto' de probar...
ResponderEliminarLo has contado con mucho humor,espero que ya estés bien.
Qué bueno que volviste!
Besos
espero que tengas a ese pez globo sano y salvo... hace un mes estrené mi primer par de gafas...la edad no perdona....
ResponderEliminarMe alegro un montón leerte nuevamente, felices fiestas!!!!!
Cuanto tiempo, Eva, te encontraba a faltar. Gracias por volver.
ResponderEliminarYa te echaba de menos, Eva.
ResponderEliminarMaemía, vaya con las lentillas, jajaja!!! Me encanta tu humor.
Mil besito y buen fin de semana.
Suerte que lo arreglaste... ya sabes aquello de "ojos que no ven, corazón que no siente"
ResponderEliminarEs una delicia leerte.
Besos.
Bienvenida. Y bienvenidas tus letras de nuevo Eva.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Brindo por nuestra amistad y quiero que sepas que estoy muy feliz de tenerte entre mis amigos bloggeros.
ResponderEliminarMuchas gracias por un año más a mi lado.
Felices fiestas!
Bienvenida al mundo bloguero de nuevo, espero que el ojo esté completamente bien después de tanta epopeya.
ResponderEliminarQue pases felices días junto a los tuyos y que en el nuevo año nos encontremos de nuevo por estos mundos blogueros. Besos Eva
Jajajaaa... echaba de menos tu humor, Eva... aquí se lo pasa uno siempre bomba :DDD
ResponderEliminarFelices días... y a ver si la próxima vez eres más "rapidilla" en aparecer...
Mil besos
Felices Fiestas.
ResponderEliminarBesos Eva.
¡Cuanto tiempo sin verte por estos lares! Te echaba de menos, de hecho, no sabía si blogger estaba haciendo de las suyas, y era por eso que no conseguía leerte. En cualquier caso, ¡bienvenida de nuevo! Espero que tu ojo ahora esté en plena forma, y no hayas tenido que recurrir a Uma Thurman para "arreglártelo", jajaja, ¡menuda odisea!
ResponderEliminarFelices fiestas navideñas ^^
P.d: de Reyes o de Papá Noel puedes pedir un parche o un ojo de cristal, los hay que se ven muy naturales :P jajaja.
Besos
Un besazo enooorme y esperando que todo haya pasado.
ResponderEliminarSi celebras estas fiestas, disfrútalas y si no, disfrutalas!
Besazo
¡FELICES FIESTAS! Eva, cuanto tiempo sin saber de ti, ya echábamos en falta tus textos. Besossssss
ResponderEliminarEn este mes tan hermoso te deseo mucho amor
ResponderEliminarY abundante paz muy dentro de tu corazón.
Un abrazo cálido !!!
De Tu amiga
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▼VICTORIA
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No quiero reírme que yo ya voy para mayor y esto me pasará factura fijo! pero killa que son dos!!!
ResponderEliminarBueno y has perdido el ojo, el pez globo ha emigrado, has matado a alguien por la mala baba que nos entra? ¡¡¡¡Cuenta que me he quedado con las ganas!!!!
Hola princesa vuelvo al redil y te dejo mis mejores deseos para este año con mile besos
Buen relato, entre la preocupación y la degustación... jjaja
ResponderEliminarTe recomiendo una simple operación y adiós lentillas, si no hay dinero, las gafas pueden quedar muy sexy también..
un beso
Que lo diga Uma...y su parce sexapil. Saludos. carlos
ResponderEliminarJajajja, desopilante como siempre!
ResponderEliminarBesos
REBIENVENIDA DE NUEVO EVA
ResponderEliminarABRAZOS
CARLOS
genial
ResponderEliminarme ha fascinado tu blog
:)
Hola, acabo de descubrir tu blog. Te sigo, pasate por mi blog ;)
ResponderEliminarhttp://radioactive-books.blogspot.com.es/
Hola, quería saludarte y de paso darte las gracias por seguir mi blog desde hace tiempo. Y también quería pedirte un favor, estoy promocionando mi propio cómic, como puedes ver aquí:
ResponderEliminarhttp://artbyarion.blogspot.com/2015/06/un-american-chronicles-available-now-in.html
Me encantaría que pudieras ayudarme a compartir el link con tus lectores, y si te animas a escribir un post sobre mi proyecto te lo agradecería muchísimo.
Saludos.
Lástima que ya no escribas, Eva. Un abrazo-e
ResponderEliminarEs un placer leerte
ResponderEliminarme haces sonreir con tus letras
no se si te descubrí o te conocía
hermoso texto
no pensas volver???
ResponderEliminarHola, ^_^ vengo de Adolescentealos28... donde ya me seguías, pero me he actualizado y me gustaría que continúes formando parte de todo, así que te invito a mi nueva casa, espero que te guste y te quedes ;)
ResponderEliminarVioletaPurpurina.blogspot.com
Bss de color Violeta...
¡Y no nacimos de un repollo! Si, amiga, nos (me) estoy haciendo vieja.
ResponderEliminarLindo relato, muy actual.
Saludos
Hacía tiempo que no pasaba por el blog y no recordaba lo bien que lo paso leyendo tus peripecias diarias ya que con humor hasta la vejez debe ser encantadora ¿Supongo?... Sobre las lentillas no sé pero nena las gafas son cómodas, atrevidas, elegantes y para colmo ves bien…
ResponderEliminarUn saludo y me alegra volver a leerte.
¿Para cuando algo nuevo?
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEva Letzy, haces mucha falta!!, porqué nos has abandonado?
ResponderEliminarOjalá que estés muy bien.
Muchos besitos de sabor anís estrella. Cuídate y repórtate, chiquilla.
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