No sabes si es que tienes algún gen defectuoso o varias neuronas distorsionadas, el caso es que desde que estás en este mundo te gustan los gatos en demasía, y cuando aquí dices en demasía lo que realmente quieres decir es que cada vez que divisas un gato sales detrás de él cual ALF, pero no para comértelo, sino desesperada por agarrarlo, acariciarlo, rascarlo o lo que el gato se deje.
Hete aquí que un bonito domingo de primavera con tu marido partís al embalse de Pinilla, en las afueras de Madrid. Vais caminando cerca de sus mansas aguas, disfrutando de las sierras nevadas del fondo, cuando ves que un gato viene de frente. Tu marido, quien te conoce mejor que nadie, te sugiere que no vayas hacia él si no quieres que huya de ti como suelen huir el 99,9% de los gatos que se cruzan en tu camino. Y no se equivoca, pues al ignorarlo el minino solito se te acerca, se restriega en tus piernas, tú te agachas, él se pone panza arriba, tú te tiras en la hierba, él se te sube, te amasa, ronronea y es amor perdido y encontrado a primera vista. El gato está muy flaco, sucio y tiene varias heridas. Piensas que debe de ser un gato doméstico al que han abandonado; un gato salvaje no puede ser tan cariñoso.
Le dices a tu marido que te llevas el gato a casa. Al día siguiente irás con él al veterinario, si tiene chip se lo devolverás a quien lo haya perdido; si no tiene chip el gato será tuyo. Tu marido sabe que diga lo que diga tiene la batalla perdida, así que acepta, y lo hace de buena gana.
El coche está aparcado a un kilómetro y, lo curioso, es que no tienes que llevarlo en brazos, el gato te sigue como si fuera un perro. Al llegar abres la puerta trasera, te sientas, tu marido te pone el gato encima, se sube y arranca. En el momento en el que el coche se pone en marcha, el gatito se pone loco.
Valiéndote de tus amplios conocimientos en psicología gatuna evalúas posibilidades:
Opción a): está nervioso porque el coche le recuerda al trauma de cuando lo abandonaron.
Opción b): está nervioso porque es la primera vez que se sube a un coche.
Opción c): está nervioso porque el coche lo marea como te sucede a ti y no se tomó la Biodramina.
En concreto sacas que el gato está nervioso, y el problema radica en que sus nervios lo llevan a treparse a la cabeza de tu marido.
Llevar un gato en la cabeza mientras se conduce no es aconsejable, además, es un poco molesto, esto para empezar; y para seguir, a ver cómo le explicas a la Guardia Civil que lo que tu marido lleva sobre su cabeza es un gato nervioso que te acabas de encontrar abandonado en un embalse y te quieres llevar a casa, la cual se encuentra a noventa kilómetros de distancia. ¿Cuántos puntos quitarán por conducir con un gato en la cabeza?, te preguntas. Lo miraré en la DGT cuando llegue a casa, te respondes.
Tu marido frena, apaga el coche, con cuidado le sacas el gato de la cabeza, el animal se calma y se tumba sobre el salpicadero.
Vuelve a arrancar al rato. El gato vuelve a subirse aterrado a su cabeza.
Con todo tu dolor, pues ya te habías acostumbrado a tener mascota, decides devolverlo al embalse; tus estudios en psicología gatuna te dicen que está actuando así porque no quiere vivir contigo, y tú no lo vas a obligar. «Si lo amas déjalo libre», recuerdas. De nuevo en el embalse le abres la puerta, el gato baja, te despides y te vas a dar un paseo por la zona. Lloras, y no poco: te encantaba el gato, sentías que podías darle un hogar, curarle las heridas, alimentarlo; te hubiera gustado que él quisiera ir a tu casa.
Enorme es tu sorpresa cuando al volver, dos horas después y con los ojos más irritados de lo que te gustaría, el gato está tumbado al lado del coche. El máster que has hecho en psicología gatuna te dice que el gato ha reflexionado a fondo y se ha dado cuenta de que tiene que dejar su miedo al compromiso de lado: ahora sí se siente preparado para vivir contigo. Aún así, una vez más motor en marcha, una vez más gato en cabeza de tu marido.
¿Por qué no conduces tú y tu marido intenta controlar al gatito?, se estará preguntando tu amable lector. La respuesta es que tu carnet es argentino y aún no lo has convalidado; a ver cómo le explicas a la Guardia Civil que vas conduciendo sin carnet español porque no podías controlar al gato divino que te encontraste en un embalse quien solo tiene el defecto de querer ir en la cabeza de tu marido mientras conduce. Si no compras un transportín es porque no hay ni veterinaria, ni tienda abierta donde comprarlo en esa zona un domingo a las tres de la tarde.
Entonces, llega a vosotros una idea que puede funcionar: buscar un contenedor de basura en el pueblo. Tú te quedas en coche apagado con gato en regazo; tu marido parte raudo. Por suerte no os abandona y regresa; si no lo hiciera y tuvieras que volver a Madrid sola, a ver cómo le explicas a la Guardia Civil que vas conduciendo sin carnet español y con un gato nervioso en la cabeza que encontraste en un embalse y te quieres llevar a casa porque tu marido se hartó de ti y del gato y os abandonó. Cuando regresa, lo hace con una caja de frutas vacía y una tabla de madera. Con ellos improvisáis un transportín y Ernesto se convierte en tu gato, en tu compañero, en una fuente de alegría.
¿Por qué el nombre?: Porque es muy importante llamarse Ernesto.
En el embalse, hace 4 años |
El relato y el fondo del mensaje, son ++++++, pero, es cierto, lo importante ha sido llamarle Ernesto, Eva.
ResponderEliminarUna vez decidido el nombre, el gato te sigue al fin del mundo.
ResponderEliminarSaludos Eva.
ResponderEliminar¡qué bueno! Eva, pero tengo una duda que aunque lo he releído, no consigo disipar.
"Tres horas más tarde, el gato estaba tumbado al lado del coche" ¿Cómo lo consiguió?
¿no lo habías dejado de nuevo en el embalse?
Importante Ernesto.
Besos, Eva.
Es que volvimos al embalse y aparcamos el coche, cerca del mismo, y ahí se bajó el gato. Nosotros dejamos el coche y nos fuimos a pasear, a pie. Al volver estaba al lado, esperándonos parecía, tumbado tranquilamente, pegado al coche.
EliminarUn beso
Es muy importante llamarse Ernesto.
ResponderEliminar¡Vaya chollo que se ha encontrado el gato! Yo creo que os estaba midiendo la paciencia antes de decidirse, es un gato listo.
Abrazos y cariños para compartir con ese paciente Queridísimo, tú también has tenido suerte, querida amiga.
kasioles
Jajaja, sí, dijo "los voy a poner a prueba a ver de qué son capaces". Se ve que mis lágrimas lo conmovieron y por eso me esperó, jajaja.
EliminarUn beso Kasioles
Muy bonita la historia, principalmente para Ernesto, Abrazos
ResponderEliminarHe aquí el porque de la importancia de llamarse Ernesto, una duda que siempre acecho mis neuroncillas y que tu has resuelto. Es una preciosidad y su historia, bueno vuestra historia muy conmovedora, no todo el mundo hubiese luchado contra esas adversidades gatunas y hubiese utilizado su psicologia femenina como tu.
ResponderEliminarUn beso.
Amor a primera vista, tu queridísimo un santo también...
ResponderEliminarCreo que en esta historia el que se lleva todos los méritos es tu queridísimo. realmente te debe de querer demasiado para pasar por todo eso. Yo ya me hubiese ido a la primera oportunidad. Y eso que me gustan los gatos
ResponderEliminarChe, tampoco es para tanto, qué te cuesta tener un rato un gato en la cabeza???
EliminarNunca se me habría ocurrido relacionar a Oscar Wilde con un gato, pero oye, es una idea genial. Al fin y al cabo el "Ernesto" de la obra no era más que un juego de palabras que significaba "serio y fiel", cualidades que, intuyo, caracterizan a tu amigo de cuatro patas.
ResponderEliminarComparto contigo el amor a los gatos.Mi familia y yo compartimos casa con una bicheja peluda, gorda y vaga llamada Nana.
He recogido infinidad de gatos de la calle en mi vida, tampoco me sustraigo del impulso de acogerles, qué le vamos a hacer. Pero el gato callejero, salvo excepciones, ama la calle y la libertad, y tarde o temprano acaba desapareciendo para volver a su medio.
Una bellísima historia, Eva, dale un par de arrumacos a Ernesto de mi parte.
Qué bien me pillaste lo de Oscar Wilde (un autor que amo como pocos), y sí, el nombre es tal cual por lo que dices y porque mi gatito tiene esas cualidades.
EliminarUn beso Elena, y gracias por pasar por aquí
Preciosa historia. Está claro que ese gato debía de ser para ti, no podría haber tenido otra dueña, aunque no tuviera carnet español ni un trasportin de emergencia en el maletero del coche de su queridísimo.
ResponderEliminarUn besote
Sí, es de esas cosas que sentís que el gato era para nosotros, no sé, tenía que venir a casa. Es un encanto de animal, como si estuviera súper agradecido.
EliminarOtro beso para vos
jajajaja Yo estuve conduciendo 4 años con el carnet venezolano y 3 con el canadiense, cada vez que me paraban que era de pascuas a ramos y me pedían el carné, les daba el que tenia a mano,"oiga esto no sirve, tiene que sacar el españosl" ¡Anda, no lo sabia decía yo invariablemente, "siga, pero sáquese el carné" y así hasta que me paró el mismo tío dos veces, ya es casualidad, "mardita zea" dije en mi mejor andaluz, me metieron una multa del carajo y me conminaron a sacar el carné casi bajo pena de muerte, en esa semana lo saqué, recurrí con el carné entre los dientes y me quitaron la multa :)
ResponderEliminarLa historia del lindo gatito es preciosa y a tu queridisimo, como mínimo, le daría seis medallas al mérito, y de premio... bueno tu misma...jajajaja
Besos y salud
Jajaja, bueno, yo es que no me quería arriesgar la verdad. Ya hace más de 3 años que lo tengo convalidado, pero no conduje ni un solo día sin el español, soy así...
EliminarUn beso Genín, y me encantó tu andaluz, me hiciste reír
Parabens pelo trabalho tão lindo.
ResponderEliminarAbraços
Sinval
Jajajja, a mi me ocurrió algo parecido.
ResponderEliminarMi costillo y yo fuimos a coger castañas a un monte de aquí, y allí, de repente, apareció un gatin preciosismo (con la suerte de que a mi costillo le gustan los gatos tanto como a mi) y nos le llevamos a casa.
En el coche se puso algo nervioso, pero con una caja de cartón y una lata de atún, al final iba más feliz que el pipas.
He de reconocer que es el gato más listo que he conocido en mi vida, parece que te entiende...
pero no entiendo cómo pudiste haber pensado que el gato no quería ir contigo desde el principio??? si al simplemente acercarse y dejarse tomar en brazos es suficiente para entender que él quiere una casa, que ya está harto de buscar alimento en la basura o de tener que cazarlo diariamente, porque si no quisiera nada contigo pues ni se acercaría, otra cosa importante es su pelaje, si está sucio o sin pelo es porque está abandonado, imposible que un gato con dueño tenga esa descripción, ahora lo de que se ponía nervioso, es normal, sucede hasta con mis felinos más fieles, no suben al coche, y mucho menos se dejan transportar en brazos por la calle o en una mochila, nada que ver, son super ariscos y se trenzan en tu cabeza aunque vayas a pie a cinco kilómetros por hora, es mejor ponerlos en un cesto, una caja o una bolsa rafia tejida, es mejor aunque los maullidos no los detendrá nadie y todo el mundo gigará su cabeza buscando al desdichado animal que es transportado como si fuera comida, pero ni modo, así son los gatos, aunque según veo en la foto no es macho, a menos que está castrado, por qué llamarlo ernesto? ponerle nombre de humanos no es bueno según mi psicología gatuna, pero ni modo es tu gato.... pero está muy bonito, es una hermosura de gato, dejame felicitarte por ser tan humana con los animales desamparados, un gigante beso para ti
ResponderEliminarY sí, en un primer momento lo pensé, y no lo quería obligar. Era la primera vez que me llevaba un gato, ahora los conozco muchísimo más (tengo 2). Pensaba que estaba tan nervioso que era porque no quería venir, por eso decidí dejarlo de nuevo en el embalse.
EliminarOtro beso enorme para ti Luis!!
ESE GATO POR LO VISTO TENÍA ALGUN TRAUMA O FOBIA,,, PERO ENCONTRÓ UN BUEN HOGAR DONDE QUEDARSE.
ResponderEliminarMI PERRO TAMBIÉN ERA UN PERRO ABANDONADO Y AHORA ES UNO MAS DE LA FAMILIA.
UN BESAZO EVA!!!
Eva, mira que hace tiempo que no me río a carcajadas leyendo algo, pero tú lo has conseguido. Con el gato en la cabeza de tu queridísimo, no he podido contenerme, y aquí tengo a mi queridísimo escuchándome leer tu entrada y riéndose también. Y diciéndome, además: "pues sois tal para cual", porque también he protagonizado esas historias, encontrarme un gatito y traérmelo a casa en dos ocasiones, aunque yo no tenía que hacer tantos kilómetros y además, como iba en la furgo del mercadillo, siempre teníamos cajas a mano. Una vez también encontramos una perrita abandonada y nos la trajimos, pero se escapó al día siguiente. Me dio una pena... le habíamos puesto "Gypsy".
ResponderEliminarUn beso, preciosa, y gracias por hacernos reír así, de verdad.
Me hace feliz que me digas que te hice reír, así que no hay nada que agradecer.
EliminarUn beso enorme Jana
Hola Eva! Me ha encantado esta historia de Ernesto...(una historia de amor inmejorable) desde luego que tiene que ser cosa del destino vuestra unión...algunos astros se alinearian aquel día...o cosas más difíciles...porque madre del amor hermoso...todas las coincidencias que tuvieron que ocurrir para que llegase a casa...que Ernesto fuese cariñoso, que tu queridísimo aguantara todo lo que aguantó (;-) un santo!)...y suerte que no os dejara a los dos en el envalse...jajaj que llegado el momento creo que no hubiese sido ni pecado! Jajajaj
ResponderEliminarNa más os hubiese faltado que os pillara la poli y os quitaran los puntos o por llevar al gato en la cabeza o por si se te hubiese ocurrido conducir con carnet sin convalidar...en fin que no sabes la buenísima sensación cuando he llegado al momento foto y he visto a Ernesto tan precioso y divino! Os doy a los tres miles de puntos!! Por sí os sirve de algo...
Disfrutaros!
Salu2 preciosa...
Cocinandovoyrecetandovengo.
Gracias Sonia. La verdad que el gato además en un encanto, es divino con nosotros, se nota que le gusta estar con gente, no es un gato para estar solo por ahí...
EliminarUn besito
jajajaja, ep, llego a ser tu Queridísimo y aligual te lo pongo de sombrero. No, seguramente me hubiera callado, como Dios y el sentido de autoconservación-de-queridísimo manda, jajajaja...
ResponderEliminarUn beso
Pues sonrisas a un lado te diré que no sólo tienes una mascota, sino una con historia. Y con una digna de ser contada, así que lo mínimo que puede hacer es demostrar que tiene carácter, aunque sea en la cabeza de tu Queridísimo
ResponderEliminarBesos
Ay... me ha encantado este encuentro entre ustedes y ese precioso gato, me encanta todo lo que tuvieron que pasar y como lo cuentas jijiiii, muy ameno, muy sorprendente y alegre. Sobre todo tratándose de gatos a quienes adooooro. Además es un rey, precioso, se acuesta como mi gata.
ResponderEliminarUn beso grande.
Una linda historia. El gatito encontró un hogar donde ser feliz,
ResponderEliminarUn abrazo
Me gustó el nombre.
ResponderEliminarY la historia.
:)
La importancia de llamarse Ernesto, la sensibilidad de una mujer llamada Eva y un chollo llamado Queridísimo.
ResponderEliminarBesos.
Eva:
ResponderEliminarUna anécdota muy graciosa. Los mininos son compradores y es difícil el resistir a su encanto.
Allá lejos, por 1984, junto a mi esposa hallamos unos gatitos muy pequeños en la planta de gas de la ciudad de Córdoba. Elegimos uno de ellos, de color gris, flaquito, sucio y engrasado. Lo subimos a la camioneta y partimos rumbo a Deán Funes, sito a 130 km de allí. Al rato no lo vimos más, ni looímos, lo que nos asustó pues pensé que se había caído por la ventanita de la ventilación.
Tras el susto, lo hallamos bajo el asiento, acurrucado.
Ese pobre animalito no valía nada, era una miseria, pero cumplimos con lo previsto: se lo llevamos a una señora que había manifestado su deseo de tener un gato.
Cuando lo volvimos a ver, ya se llamaba Pelusa, su pelaje era gris, iridiscente, sus ojos eran color amarillo y estaba bien alimentado también... Claro, el marido de esa señora era carnicero.
¡Ah!, en ese entonces teníamos a Moñi (un barcino gris, con reflejo dorado tenue).
Tu morronguito es una belleza y tu Queridísimo, un santo varón.
Un gran abrazo y una caricia en el lomo de Ernesto.
Tu Queridísimo merece la beatificación.
ResponderEliminarY una ermita a su nombre.
Yo tengo pendiente la historia de nuestro gato...ahí está en borradores. Pero vamos ni punto de comparación con tu historia jajaja! Sí que es raro que un gato sea amoroso aunque sea doméstico, cuando están libres no suelen ser tan confiados. Y como todos dicen qué bueno es tu queridísimo!
ResponderEliminarQ fuerte Ernesto!
ResponderEliminarMe ha venido a la cabeza la genial obra de Oscar Wilde :"La importancia de llamarse Ernesto"!!
Bss,Carmen
"La importancia de llamarse Ernesto" Recuerdo el libro, me lo lo regaló un amigo que se llamaba así.
ResponderEliminarLas historias de amor comienzan muchas veces con un encuentro fortuito, y esta te salio bordada. Porque Ernesto es muy guapo y además os eligió él a vosotros y no al revés. Enhorabuena, los animales detectan a las buenas personas.
Bss
Permiteme decirte que tu Queridísimo es un santo. Otro, en las mismas circunstancias habría plantado al gato en el pantano y a su pareja,,, tambien jajajajjaja! Parece real la historia no?
ResponderEliminarAhora en serio, muy buena acción la que hicisteis.
Bss.
ay, niña, no te puedes imaginar los esfuerzos que he tenido que hacer para no reirme a carcajadas con tu post!!
ResponderEliminar(es que estoy en el despacho, y no está bien visto que me dé la risa cuando se supone que estoy haciendo cosas serias...)
así que anoto mentalmente no estrar aquí en horario laboral, por lo que pueda pasar...
y te digo que me ha encantado el post!!
ernesto es un amor!!
muchos besos!!
Jo Eva, me encanta Ernesto. Yo también me hubiera enamorado de él a primera vista. Es una maravilla, te felicito.
ResponderEliminarPor supuesto, la importancia de llamarse Ernesto.
Un abrazo.
Eva, ¡Que buen final logró Ernesto!.
ResponderEliminarUn saludo para Ernesto de mis gatos Miguelón y Sr, Orozco.
Eva, el verano pasado tuvimos en la terraza un caso que hubiera podido ser similar al de Ernesto, sin embargo se fue por donde vino -ya iba haciéndome a la idea, pero me da que tuve suerte...;)
ResponderEliminarB7s
Me niego a creer en la predestinación, pero hay veces que entro en dudas.
ResponderEliminarBesos
ajjajaj es hermoso Eva!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarme hiciste lagrimear.
el mío se va a llamar Maceo, y estoy esperando que eme encuentre, como Ernesto a vos.
Si eso no es amar a los animales... ya me dirás.
ResponderEliminarY es que se hacen querer!
Que Ernesto os acompañe muchos años, Eva.
Besos.
Pues en la foto primera tiene cara de chulo que lo sepas :D de deciros con la mirada que hará lo que le salga de las narices.
ResponderEliminarYo no soy muy de gatos, tengo también uno en el coche claro, pero en el maletero y lo he sacado a pasear solo dos veces, encima lloviendo y como no sabía usarlo me acordé de sus muertos, siempre pinchas en el peor momento.
Besos querida.
Ernesto me cae de lo mas simpático. Y se lo ve feliz.
ResponderEliminarY tu queridisimo te adoro, ya no tengo dudas :)
Un abrazo :)
Me gustó descubrirte :)
ResponderEliminarMe encantó el relato!! Lo leí de corrido y cruzando los dedos para que la historia tuviera un final feliz!! jaja Me encantó Ernesto y yo en tu lugar hubiese hecho exactamente lo mismo.... Buen fin de semana junto a tus dos amores!!!!!
ResponderEliminar¡Vaya historia!
ResponderEliminarConseguiste lo que querías, pero el verdadero héroes es el Queridísimo. Confiar en tí así y ayudarte, no tiene precio.
Me quedo contigo
Saludos
Yo tuve una gata llamada "Miranda" por la última estrella que habian encontrado en ese momento-
ResponderEliminarSiamesa.
Aparecio como tu has dicho, y se vino directa a mi (evidentemente la habian abandonado).
Pero yo estaba junto a mi casa.
refuerzo lo dicho arriba, el merito lo tiene el queridisimo que acepta el gato, lo usa de sombrero, consuela, va a por la caja... si esa noche hubo "tema" vale lo que pesa en oro.
...espera, si hubo "tema" puede haber sido debidamente recompensado.
Jajaja, Eva; este es un gato, gato y no el de mis post. No me extraña que te encariñases con él porque es precioso.
ResponderEliminarBesos y Feliz din de semana.
Me parece que vi un lindo gatito !! diría Tweety , jajajaja !!!
ResponderEliminarSiempre me sacas una sonrisa con tus historias.
Muy hermoso tu Ernesto.
Besos.
Jajaja, Oscar Wilde, estaría orgulloso!
ResponderEliminarErnesto es hermosooooooooo.
Sos un Solcito Eva!
Besos ronroneantes.
Ohhhhhhh!!!!!!! Que bonita historia Eva. Yo pensando que era actual y sufriendo cuando habéis abandonado al gato, perdón, a Ernesto.
ResponderEliminarY lo que me he reído imaginandolo encima de la cabeza de tu chico y a ti buscando en la guía de la DGT los puntos que quitan por llevar un gato en la cabeza jajaja, vacío legal supongo.
Me alegro de que Ernesto viva feliz en vuestra casa, yo iba diciendo mientras te leía - al maletero! que lo metan en el maletero aunque sea, pero que no lo abandonen! - historia con final feliz, que gustito.
Besos
Me encantan los gatos, pero a mi queridísimo no le gustan. El relato es chispeante y por cierto me hace mucha gracia que en la entrada que escribí ayer también hice un guiño a Oscar Wilde. Qué coincidencia! Cosas de la comunicación no verbal!
ResponderEliminarBesos.
Yo diría que tu Queridisimo y tu hicisteis un excelente equipo, dónde se junto la bondad y la practicidad en ambos miembros. Cada uno aporto lo mejor en el momento que se le requería en una operación complicada: "operación rescatar a Ernesto".
ResponderEliminarY verle estirarse al bribón hace que todo mereciera la pena xD.
En este caso llamarse Ernesto tiene si cabe más importancia que en la novela de Wilde :).
elnavegante.
Bondad, practicidad y... determinación!.
ResponderEliminarelnavegante.
Jajajajaj que paciencia Eva, la tuya no eh? la de tu queridísimo jajajaj besitos preciosa ^^
ResponderEliminarLos gatos que me gustan son los romanos. Roma está llena de ellos y sus rayas atigradas son muy curiosas y diferentes en todos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Eva.
Jajajajaj menuda aventura!! tú te reirás conmigo pero yo contigo también ¿eh?
ResponderEliminarBesitos Eva!!
jajajaja no me extraña que lo acogieras. Qué bien lo cuentas y que majo está en las fotos. Y los pies de foto son geniales. Qué chispa tienes Eva jajajaja Un beso :)
ResponderEliminarEs una historia preciosa del gatito,es muy simpático, gracias por compartí y hacernos reír por un rato. Feliz Semana. Un ABRAZO
ResponderEliminarPreciosa historia la de Ernesto. Creo que fue listo y supo decidirse a tiempo y si no, no hay más que ver cómo posa en la foto de la derecha... Por aquí también hemos adoptado a un gato perdido (Mico). Tenía 10 días cuando lo encontraron mis padres, así que vive con ellos pero pasa temporadas en mi casa cuando ellos salen de viaje. Es un gato, como yo digo, de custodia compartida, jaja.
ResponderEliminarUn abrazo gatuno.
Claro, La importancia de llamarse Ernesto, una comedia de Óscar Wilde, que ahora trasladas a un paseo donde la orfandad de un gato, te gana el corazón, y lo adoptas, después de varias peripecias. Me atrapa el sutil humor de tus crónicas. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarEva Letzy: Amigas y amigos del mundo bloguero, tengo el ofrecimiento de parte de una empresa de publicidad para auspiciar mi blog. No estoy seguro de querer hacerlo. Sin embargo, para eso, debo conseguir mil seguidores. Por ahora, he decidido llegar a esos mil seguidores y quisiera contar con ayuda bloguera de ustedes, que se apunten en mi blog como tales. Dado este paso, decidiré si le doy espacio o no a la publicidad (¿qué les parece?). A quienes decidan ayudarme y apuntarse de seguidores o seguidoras en mi blog, de antemano… ¡MUCHAS GRACIAS!
ResponderEliminarA tu Queridísimo hay que hacerle un monumento por el aguante que tiene!!...jejeej!
ResponderEliminarBesosss desde Mar del Plata
Muy buena publicación, congratulaciones por tu Blog, apoya también mi blog, comenta, suscríbete y sígueme, yo también hare lo mismo con tu blog.
ResponderEliminarhttp://verdadsinlimitesperu.blogspot.com/
Hola Eva, buenas tardes,
ResponderEliminarsolo te diré algo,
ten cuidado con Ernesto, tiene algo en su mirada que me atemoriza =(
sabes que detrás de todo ser cariñoso se esconde uno no tanto, verdad?
psicología humana jajajaja
Te deseo una hermosa tarde de martes
un cálido abrazo
Hola Eva.
ResponderEliminarMuy linda la historia de Ernesto.....y su foto también.....Un besito..
EM ha encatnado la historia de Ernesto!
ResponderEliminarSe le ve tan gracioso!
Me quedo como seguidora de tu blog! que me ha hecho mucha gracia conocer a Ernesto y la forma tan curiosa de llegar a casa!
Se nota a la legua tu amor por las mascotas, Eva, y el relato es un muy buen homenaje a las mismas en la piel de su protagonista, Ernesto.
ResponderEliminarTe felicito: como siempre, tus letras son de una calidad enorme.
¡Saludos!
Letzy, no conocía la historia de Ernesto, que por cierto es muy conmovedora y me encantó. Me reí imaginando, cada vez que lo mencionabas, a tu Queridísimo con Ernesto en la cabeza.
ResponderEliminarEstá más que claro que Ernesto es un gato muy sabio, ya que se dio cuenta de lo bien que iba a hacer formando parte de tu familia, y menos mal! Ahora los cuatro (Vos, tu Queridísimo, Ernesto y Atilio. O son la familia creció y me falta alguien por conocer?) son más que felices y se nota. Me alegro mucho por ustedes!
Un beso enorme!
Jaja, mi experiencia con los animales es horrorosa, y la tuya la has ocnvertido en un viaje arriesgado y bien contado.
ResponderEliminarAbrazos.
Me quedo por tu casa e invitada quedas a
http://montesinadas.blogspot.com.es/