Qué ganarás: de ahora en más apreciará tus salchichas hervidas como nadie.
Si te dice que tu culinaria no es tan buena como la de su madre
Ni harás un curso de cocina
tailandesa, ni buscarás recetas en internet que puedan ser de su
agrado, ni llamarás a tu suegra para que te diga cómo es que su
comida es lo más y la tuya lo menos, ni llorarás a escondidas. Te
pondrás tu delantal predilecto, abrirás la heladera/nevera y, en
base a los alimentos que en la misma encuentres, cocinarás. Le
pondrás buena voluntad, esmero y amor a tu plato. Lo decorarás con
ramitas de perejil o patitos esculpidos en manzana, lo que prefieras.
Y se lo servirás con una amplia sonrisa. Acompañarás tu plato con un buen
cabarnet sauvignon. Echarás en su copa de
vino una treintena de gotas de laxante o un buen chorro de algún diurético.
Qué ganarás: de ahora en más apreciará tus salchichas hervidas como nadie.
Qué ganarás: de ahora en más apreciará tus salchichas hervidas como nadie.
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Tus salchichas, un huevo pasado por agua o una ensalada de berros mustios va a apreciar...
ResponderEliminarAl primer comentario de este estilo le respondí: ok cocinás vos.
ResponderEliminary pasados 4 años me mantengo firme al respecto...
Jajajaja no me esperaba el final pero me ha gustado mucho. Yo coincido con Anita en que, si no les gusta, que cocine él: asunto zanjado.
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