Aclaración previa lectura: La autora espera que este post no toque las zonas sensibles de sus lectores masculinos, nada más lejos de su intención que algún portador de cromosomas XY en su par número 23 se sienta ofendido.
Rasgo principal del PastenacaPríncipe: podría tener más luces, pero no las tiene.
Es aquel al que tú le explicas con toda tu paciencia que tiene que hervir agua en una cacerola, echar aproximadamente medio paquete de espaguetis, colarlos, ponerlos en un plato y agregarles un chorro de aceite de oliva, sal y pimienta (le aclaras «molida», no vaya a ser que le eche el grano entero, que no sería la primera vez) y queso rallado a su gusto. ¿Él qué hace?: o se le evapora el agua hasta que sale humo y arruina la cacerola, o saca los espaguetis cuando están tan duros que hay riesgo de quebradura de dientes, o los saca tan pasados que se pegaron a modo de pelota, muy útil esta técnica culinaria por cierto, cuando se desea jugar al fútbol y no se tiene con qué.
Es aquel al que le pides que te cuelgue un cuadro y él, solícito, accede (eso sí que no se le puede criticar, es uno de los príncipes más serviciales que hay en el mercado). ¿Qué hace entonces?: valiéndose de una mecha/broca cuyo tamaño es muy difícil de disimular luego de su paso por la pared, agujerea donde a él le apetece, y no donde tú le pediste.
Es aquel al que tu vajilla le tiene terror, pues cuando escucha sus pasos encaminándose hacia la bacha/pila, vasos, platos y todos aquellos utensilios de cocina de los considerados frágiles tienen por seguro que alguno se convertirá en inservibles trozos que morirán en la basura. ¿Qué es lo que el pastenacapríncipe hace en esta ocasión?: como tu vajilla bien temía, rompe, y no solo los objetos recientemente mencionados, sino también tu paz interior.
Ja,ja, veo qué conoces a mi marido. Tiene más gracias leerlo que vivirlo. Un saludo, Eva.
ResponderEliminarEstá claro que exagero, no? Espero tu marido no sea tal cual este espécimen.
EliminarGracias por pasar por aquí
Pobrecito con la voluntad que pone él!
ResponderEliminarPaciencia, :)
Besos.
Jajaja, me encanta como describes la situación, aunque en ese momento a de ser un poco desesperante.
ResponderEliminarNo sé, por suerte nunca me pasó, jaja!
Eliminarevidentemente, no tenés ni idea de lo que es un hombre, chica inexperta. Mi xy te acogotará no bien te vea.
ResponderEliminarSi es que tu xy consigue cruzar el Atlántico primero, jajaj!, además aunque lo consiga a ver si me encuentra...
EliminarBesos
No veo porque este post tiene que ofendernos más que los anteriores! jajaj
ResponderEliminarsaludos!
La verdad que tenés razón, yo igual aclaro, no vaya a ser que se me ofendan...
EliminarBesos
Hola Eva!
ResponderEliminarNo tengo porque enojarme, pues he conocido algunos hombres de ese tipo... Por suerte, también estamos los otros, los que podemos hacer todo lo que relatas pero bien, además de otras cosas... :-)
Beso grande!!
RoB
Así se habla!! Jajja! Por supuesto que hay de todo, pasa que si hablara de todo lo bueno probablemente no tendría gracia...
EliminarUn beso, y gracias por tu comentario
jaja! y bueno! que se le va a hacerrrr...! El princpie está acostumbrado a que la Reina (lease la mamá) le haga todo! y cuando le toca hacerlo solito... entra en pánico...
ResponderEliminarEs curioso que un hombre haya aprendio mediante prueba y error a caminar pero no a cocinar unos fideos... cuantos paquetes mas tendran que fenecer para que el hombre aprenda a cocinarlos como corresponde?
Pobres fideos, no es justo que mueran así...
EliminarQue decirte...Siempre lo mismo, te debates entre el "trae, mejor lo hago yo" y el "me da igual que se caiga la casa, que lo siga haciendo él" y así pasa la vida, porque aprender, lo que se dice aprender, pues hay muchos que no aprenden.
ResponderEliminarBesazo
Independientemente de la buena voluntad que pueda poner cada uno, las aptitudes no son las mismas en uno y otro sexo. El cachondeo que te corres tú con el hombre que se pone a cocinar los espaguetis, se lo correría un hombre con una mujer ante todo lo relacionado con su coche. Sin embargo los mejores cocineros son hombres y hay mujeres que conducen maravillosamente y no tienen ningún problema para enfrentarse a los problemas de su vehículo.
ResponderEliminarSi sabes tú mejor que él la broca que hace falta, utilizas mucho mejor la taladradora y eres puntillosa a la hora de elegir el lugar exacto en que quieres que esté el cuadro, ¿para qué le pides a él que lo cuelgue y no lo haces tú? Encima te cachondeas de lo solícito que es el pobre.
Besos.
Jajajja!!! Pobre, es verdad, a lo mejor me pasé un poco...
EliminarLo conozco, lo conozco!!!!!
ResponderEliminarVaya, dolido me siento, mucho, te voy a contar la verdad sobre el asunto:
ResponderEliminarHombre, una cosa a cada tiempo, si estamos a una cosa estamos a esa cosa.
Mujer, dos o más a la vez.
Resultado, al menos en mi casa comprobado:
Cuando hago yo los espaguetis salen perfectos, porque estoy ahí a lo que hay que estar.
Cuando está ella, como a la vez se va a pasar la aspiradora o lo que sea, la mitad quedan pasados y lo que sale del agua (que por supuesto ahí sigue desde que comenzó la cocción) crudos.
Dí que vaya, uno es amo de casa y de cualquier manera no me sentiria identificado.
Besos querida.
JAJAJAJAJ, me gusta leer los comentarios de los hombres. jajajajaja
ResponderEliminarA mí también!! Me hacen mucha gracia
EliminarUn besito
Conozco uno que hizo una tortilla de patatas con las patatas sin freír, es decir crudas, le echó los huevos, los cuajó y ala! a comer! y el pobre la encontró rara y no sabía que pasaba.
ResponderEliminarYo no lo he vivido pero me lo ha contado y le ocurrió de verdad, eso sí, una y no más, aprendió a hacerlas medio decentes.
ME encanta, aunque sea un principe ilusorio. Siempre queda la esperanza que se convierta en realidad aunque hay que preguntarse alguna vez esto existio? Segui ilusionandonos
ResponderEliminarPor suerte no soy uno de esos, pero tengo un familiar que una vez lavó los platos y en vez de dejarlos secando (o secarlos, en su defecto) guardó todo mojado.
ResponderEliminarBueno, eso se puede perdonar...
EliminarGracias por la visita
Jejej...da gusto ver como responden, pero yo creo que dedicando tiempo a su enseñanza seguro que con el tiempo mejoran. A mi ya hace tiempo que no me rompen ningún plato.
ResponderEliminarSaludos.
Eva tienes que mejorar tu método de conocer hombres. De esos que tu dices, hay. De los que hacen bien esas tres simples cosas, también.
ResponderEliminarYo me cocino solito hace mas de una década, y me gusta bastante la pasta. Los cuadros no los clavo en la pared (hace mucho que los apoyo). Y tengo una mundialmente famosa colección de tazas que sobrevive a su uso diario sin ninguna baja.
Y no me considero un manitas.
Me parece que te mezclan con tipos que se creen que existe el príncipe azul, ese que salva a las mujeres de la soltería. Pero ya lo dijo Sabina hace unos 30 años; "las chicas ya no quieren ser princesas".
Aynnnnsssssss, esas generalizaciones.
Jajaja!! Ya sé que los hay mejores que el pastenacapríncipe Guille, pasa que enumerar todo lo bueno no creo que haga la misma gracia...
EliminarJajaja, menos mal que puse la aclaración al principio.
Un beso
Jajajajajaa me gustó mucho lo que escribiste! XDDDDD especialmente esto: se convertirá en inservibles trozos que morirán en la basura. Jajajajaajajajaja. Nada, en el fondo estos hombres lo hacen con la mejor de sus intenciones XD.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte por mi blog y por los comentarios que dejaste =)
Nos estamos leyendo.
Un saludo ^^
Me alegra que te haya hecho gracia, gracias a ti también por pasar por aquí.
EliminarUn saludo
Bueno, yo soy capaz en el "laborioso trabajo" de hacer la colada, ir a echar la ropa al tambor de la lavadora, luego acordarme que también había ropa sucia en el dormitorio.
ResponderEliminarVoy al dormitorio pero en el camino en la televisión dan una noticia que me produce estupor, tras unas cuantas vueltas por la habitación tratando de resolver el problema en cuestión y un par de minutos recordando que tenía que hacer vuelvo a el dormitorio recojo la ropa y la echo al tambor.
Recibo una llamada de movil/celular, luego un par de minutos de recordar la tarea domestica que tanto me "motiva". Vulevo a poner la lavadora, me doy cuenta que iba a ponerla con 40 grados y que mezclo ropa de color y blanca. Cambio a 30 grados. Caigo en la cuenta de que no he echado suavizante, ejecuto tan complicada maniobra.
Cuando por fin finalizo tan intrincado proceso (con la lavadora en marcha y el gato fuera del tambor por suerte), me doy cuenta que no eché las pastillas dentro del tambor. Y mientras tanto el agua de la olla para hacer pasta se evaporó y el fondo toma un color negruzco.
elnavegante dixit.